¿Qué impacto tuvo el arancel de EEUU sobre el comex europeo?

La aprobación del pacto comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea a comienzos de agosto —que establece un arancel general del 15% para los productos europeos— ha comenzado a reflejarse en las cifras de comercio exterior del mes. Aunque todavía es pronto para extraer conclusiones definitivas, los primeros datos permiten observar cómo las empresas europeas, y en particular las españolas, están ajustando sus estrategias para afrontar un entorno de guerra comercial cada vez más complejo.

En el conjunto de la UE se aprecia un claro efecto adelanto de las ventas hacia Estados Unidos: durante el primer trimestre de 2025, las exportaciones europeas crecieron un 35% respecto al mismo periodo del año anterior. Este incremento se moderó en los meses posteriores hasta convertirse en una caída del 22% en agosto, coincidiendo con la entrada en vigor del nuevo arancel. Sin embargo, en España este patrón no se observa con la misma nitidez. Las ventas españolas al mercado estadounidense han mostrado un desempeño más débil durante todo el año, con descensos prácticamente continuados y un retroceso del 30% en agosto, un ajuste aún más severo que el registrado por el conjunto europeo.

Entre enero y agosto, España acumuló una disminución interanual del 8,7% en sus exportaciones a Estados Unidos, frente al aumento del 9% del agregado de la UE. Este contraste revela que la economía española está afrontando el nuevo escenario comercial con una vulnerabilidad superior, lo que podría asociarse a la estructura sectorial de sus ventas exteriores. A nivel global, el comportamiento ha sido algo más favorable: las exportaciones totales españolas crecieron un 0,3% en el mismo periodo, aunque siguen siendo cifras poco dinámicas si se compara con el perfil exportador previo a la tensión arancelaria. En sentido opuesto, Europa experimentó un descenso del 3,6% en sus exportaciones globales.

El deterioro de las ventas españolas a Estados Unidos responde, en gran medida, a la caída de los combustibles, un sector que ha registrado retrocesos intensos todos los meses del año. A estos se suman descensos relevantes en productos químicos y en el sector del aceite de oliva, aunque en este último caso la caída en valor está muy condicionada por la bajada del precio, ya que, en toneladas, las exportaciones muestran un crecimiento. Un comportamiento similar puede apreciarse en el vino, donde tanto el valor como el volumen retroceden, aunque su peso relativo dentro del total exportado a Estados Unidos es reducido.

Ajustes empresariales y señales tempranas de adaptación

Algunos sectores se desmarcan de esta tendencia negativa. Destacan las exportaciones de maquinaria y bienes de equipo, que han mostrado resiliencia pese al nuevo contexto arancelario. Asimismo, el sector de los medicamentos presenta una evolución positiva en el acumulado enero-agosto, con incrementos tanto en euros como en volumen.

En determinados productos sí parece detectarse un desajuste entre el valor económico exportado y el volumen enviado, lo que sugiere que las empresas han comenzado a ajustar márgenes para evitar perder cuota en el mercado estadounidense. En el caso de los medicamentos, los datos apuntan a que los exportadores podrían haber reducido precios en agosto “absorbiendo el impacto del arancel total o parcialmente” para mantener el volumen de ventas. El resultado ha sido una caída monetaria de las exportaciones, pero un incremento en toneladas, lo que confirma esta estrategia defensiva.

En el vino y en los medicamentos no se observa un adelanto claro de las ventas en los meses previos, mientras que en el aceite de oliva sí podría haberse producido cierto efecto anticipación, coherente con la fuerte caída de precios y la necesidad de colocar producto antes de la entrada en vigor del arancel.