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IPA Capital, la sociedad propietaria de Gallo, cerró el pasado ejercicio con una facturación de 235 millones de euros, lo que representa una caída del 2% en comparación con 2022, junto con pérdidas netas de 200.380 euros. Estos resultados marcan los primeros números rojos desde que la firma inversora ProA Capital adquirió la empresa en 2019.
La facturación de 235 millones de euros en 2023 contrasta con el notable aumento del 31% registrado en 2022. Gallo atribuyó esta leve disminución a dos factores principales: un adelanto de ventas al ejercicio anterior para anticipar posibles problemas derivados del cambio del sistema informático en el segundo semestre de 2023 y una reducción en la fabricación de productos de marca blanca debido a limitaciones de capacidad.
No obstante, algunos representantes de Gallo indicaron que, excluyendo estos factores, la facturación habría aumentado un 3%. Este crecimiento se debería a la positiva evolución de dos áreas de negocio clave: los platos refrigerados de cocina asiática de la filial Ta-Tung, que incrementó sus ventas un 5% hasta alcanzar 28,4 millones de euros, y el segmento de caldos, que facturó cuatro millones de euros en su primer año de operaciones.
La estrategia y expansión de Gallo es mantenerse como líder del mercado de la pasta en España con una cuota del 31% y también busca fortalecer su posición mientras diversifica su oferta. La empresa apuesta por crecer en los segmentos de comida asiática y caldos. En 2022, adquirió la empresa italiana ASI Food, que opera 35 puntos de venta de sushi en supermercados italianos.
En términos de internacionalización, más del 10% de la facturación de 2023 se vio incrementada por los negocios que provienen del exterior, principalmente en países de la Unión Europea.
A pesar de mantener una sólida estrategia de expansión, Gallo no pudo evitar unas pérdidas netas de 200.380 euros, un marcado contraste con el beneficio de 1,61 millones de euros del año anterior. El resultado de explotación fue de 7,2 millones de euros, un descenso del 9% respecto a 2022. Además, los gastos financieros aumentaron un 21%, llegando a ocho millones de euros, y la carga fiscal también se incrementó significativamente, con un pago del impuesto de Sociedades un 60% mayor que en 2022, alcanzando 1,8 millones de euros.
Gallo opera varias instalaciones clave: la planta de Ta-Tung en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), las instalaciones de producción de caldos en Granollers (Barcelona), y fábricas en El Carpio (Córdoba) y Esparraguera (Barcelona), contando con una plantilla de 707 personas al cierre del ejercicio.
Las perspectivas de la empresa se enfrenta al desafío de revertir las pérdidas recientes mientras continúa con su estrategia de diversificación y expansión internacional. Con el respaldo de IPA Capital y la experiencia acumulada en el mercado de la alimentación, desde la empresa confían en fortalecer su posición y superar las dificultades actuales, manteniendo su liderazgo en el mercado de la pasta en España y expandiendo su presencia en nuevos segmentos y mercados internacionales.
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