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El contrato, con un coste inferior a los 10.000 euros, tendrá una duración de cuatro años desde enero de 2027 hasta diciembre de 2030
ECONOMÍA & POLÍTICA08/10/2025
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El Metro de Madrid ha decidido adelantarse a posibles incidentes derivados de las tormentas eléctricas con un nuevo plan de detección de rayos en sus instalaciones. Aunque el foco mediático se centra actualmente en las aglomeraciones provocadas por el cierre parcial de la Línea 6 y las obras que afectan al tráfico en superficie, la empresa pública continúa desarrollando su labor técnica y de prevención.
A finales de agosto, el suburbano madrileño lanzó una licitación pública para contratar un servicio de localización de impactos de rayos, tanto directos como próximos a sus depósitos y estaciones. El contrato, con un coste inferior a los 10.000 euros, tendrá una duración de cuatro años —desde enero de 2027 hasta diciembre de 2030— y busca garantizar la seguridad de las infraestructuras del metro ante fenómenos meteorológicos adversos.
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en 2024 se registraron 814.922 descargas eléctricas en España, incluidas las islas y las ciudades autónomas. De ellas, 352.701 impactaron en tierra y solo 4.098 en la Comunidad de Madrid. Aun así, Metro considera fundamental contar con un sistema que permita identificar con precisión cuándo y dónde cae un rayo en las cercanías de sus instalaciones.
El objetivo, explican desde la compañía, es disponer de información inmediata para “efectuar las revisiones y ayudar en el diagnóstico de posibles averías o incidencias producidas por los rayos”. La adjudicataria del contrato deberá ser capaz de detectar impactos en un radio de 3 kilómetros de cada punto vigilado, con una precisión mínima de 250 metros.
Metro argumenta que “no dispone de esta red de detectores, ni sería económicamente rentable instalarla”, por lo que optará por apoyarse en las infraestructuras ya existentes de empresas especializadas. Entre las interesadas figura la firma francesa Meteorage, que desde 1987 desarrolla soluciones de detección de tormentas con el objetivo de “evitar riesgos que afecten a las personas, a su actividad y a sus infraestructuras”.
Actualmente, el Metro de Madrid cuenta con 53 pararrayos distribuidos principalmente en sus depósitos. El más protegido es el de Canillejas, con diez unidades, debido a su papel estratégico: allí se encuentran los talleres centrales, las cocheras de las líneas 5 y 7, la Escuela de Formación y el nodo logístico principal del suburbano.
Otros depósitos con alta protección son los de Loranca y Hortaleza, con cinco pararrayos cada uno, mientras que Fuencarral, Laguna, Valdecarros y Villaverde disponen de cuatro. En un nivel inferior están Sacedal, Cuatro Vientos y la cochera de Puerta de Arganda, con tres unidades. Finalmente, los depósitos de Aluche y Ventas, así como la Nave de Motores de Cavanilles, cuentan con uno o dos dispositivos.
En las estaciones la protección es más limitada: solo Lago (línea 10) posee dos pararrayos, mientras que Batán (línea 10) y La Poveda (línea 9) tienen uno cada una. Esta disparidad refuerza la necesidad de un seguimiento remoto mediante redes de detección externas, especialmente en las zonas menos cubiertas.
El nuevo servicio permitirá también evaluar si conviene instalar nuevos pararrayos en instalaciones en superficie que actualmente carecen de ellos. De este modo, la compañía busca mantener la seguridad de sus infraestructuras críticas y minimizar posibles interrupciones en el servicio derivadas de las descargas eléctricas.

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