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El consistorio valenciano ha justificado esta inversión no solo por la necesidad de modernizar su flota, sino también por el ahorro energético y de mantenimiento
ECONOMÍA & POLÍTICALa Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia ha puesto en marcha una ambiciosa operación para renovar gran parte de su flota urbana con una inversión de 113 millones de euros. Este presupuesto, uno de los más altos destinados al transporte público en España durante 2025, permitirá la adquisición de 94 autobuses eléctricos y 67 híbridos articulados, que reemplazarán a los vehículos más antiguos y contaminantes que actualmente recorren la capital valenciana. La licitación, lanzada a principios de este año, ha despertado el interés de importantes fabricantes nacionales e internacionales como Irizar, Solaris, MAN, Daimler, Iveco, BYD y Alfabus, quienes competirán por hacerse con este importante contrato.
Con esta operación, Valencia busca no solo modernizar su flota, sino también dar un paso decisivo hacia la movilidad sostenible. La antigüedad media de los autobuses de la EMT supera actualmente los 17 años, lo que incrementa los costes de mantenimiento y reduce la eficiencia del servicio. Por ello, el consistorio ha apostado por modelos más sostenibles, silenciosos y eficientes, alineándose con las exigencias medioambientales de la Unión Europea y con los objetivos de reducción de emisiones establecidos para 2030.
Los 161 autobuses se repartirán en cuatro lotes para diversificar proveedores y asegurar un suministro escalonado. Dos de estos lotes corresponden a los vehículos eléctricos de 12 metros, mientras que los otros dos corresponden a los autobuses híbridos articulados de 18 metros, diseñados para las líneas de mayor demanda. El importe destinado a la adquisición de los vehículos alcanza los 106,7 millones de euros, mientras que los 6,3 millones restantes cubrirán el mantenimiento durante el período de garantía, una medida que la EMT considera esencial para asegurar la fiabilidad de los nuevos autobuses.
Además de los criterios técnicos, los nuevos vehículos deberán cumplir con exigencias de accesibilidad, como piso bajo, tres puertas de acceso, espacio para dos sillas de ruedas y sistemas de arrodillamiento para facilitar la entrada de personas con movilidad reducida. También se instalarán mamparas antivandálicas para proteger al conductor, una medida cada vez más demandada en las flotas de transporte urbano debido al aumento de incidentes de este tipo.
La flota actual de la EMT está compuesta por 491 autobuses, de los cuales más del 55% utiliza tecnologías contaminantes como el diésel o el gas natural comprimido (GNC). Solo un 4,4% de los vehículos son eléctricos de cero emisiones, mientras que el 40% restante son híbridos. La renovación de la flota permitirá retirar progresivamente los autobuses con tecnología Euro III y Euro IV, dos de las normativas más antiguas y menos eficientes en términos de emisiones. Esta modernización no solo reducirá significativamente la huella de carbono de la ciudad, sino que también mejorará la calidad del aire para los ciudadanos, un aspecto prioritario en las políticas locales de sostenibilidad.
El impacto económico de esta operación también es notable. Empresas como Irizar, con sede en el País Vasco, o Solaris, propiedad de CAF, podrían beneficiarse de este contrato en un contexto donde los fondos europeos han impulsado la producción de autobuses eléctricos e híbridos en todo el continente. A pesar de que muchas fábricas están ya al límite de su capacidad, el contrato de Valencia representa una oportunidad clave para consolidar su posición en el mercado español y europeo.
El consistorio valenciano ha justificado esta inversión no solo por la necesidad de modernizar su flota, sino también por el ahorro energético y de mantenimiento que supone la adopción de tecnología eléctrica e híbrida. Según la EMT, los nuevos autobuses permitirán reducir los costes operativos a largo plazo, mejorar el confort de los usuarios y minimizar las interrupciones del servicio debido a averías o reparaciones prolongadas. Además, la disponibilidad de un stock de materiales de repuesto durante 16 años garantizará un mantenimiento ágil y eficiente.
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