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De cara al futuro, el BID recomienda que Uruguay refuerce su apuesta por la educación, enfocándose en garantizar la igualdad de oportunidades
INTERNACIONAL30/04/2025
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El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha destacado recientemente a Uruguay como uno de los países más estables de América Latina, tanto en términos políticos como económicos. En su último informe, la institución señala que el país cuenta con "las bases necesarias para protagonizar un avance sustancial en materia de desarrollo", a la vez que propone una serie de reformas para consolidar los logros obtenidos.
Enclavado entre dos gigantes regionales, Argentina y Brasil, Uruguay ha sido capaz de construir un modelo económico sólido que lo ha convertido en un referente de estabilidad. El BID subraya que, además de su crecimiento sostenido, su "gestión macroeconómica" y sus políticas medioambientales lo colocan en una posición privilegiada: actualmente, el 90% de la electricidad generada en Uruguay proviene de fuentes renovables.
Tras superar la crisis económica de finales de los años 90 e inicios de los 2000, la economía uruguaya registró una expansión promedio del 3,2% anual entre 2003 y 2023, cifra superior a la media regional. Durante ese tiempo, logró diecisiete años consecutivos de crecimiento, una racha solo interrumpida por la pandemia de la Covid-19. Además, su riesgo soberano ha estado consistentemente por debajo de la media latinoamericana durante los últimos 16 años, e incluso desde 2020, se sitúa por debajo de la media de los países asiáticos.
El informe destaca que la recuperación económica de Uruguay tras su última gran crisis se vio impulsada por una gestión fiscal eficaz, caracterizada por un control oportuno del gasto público, una administración responsable de la deuda y una recaudación tributaria más eficiente. Paralelamente, el país emprendió reformas que mejoraron servicios básicos como la salud, la educación, el mercado laboral y el sistema de cuidados. Asimismo, una reforma tributaria introdujo mecanismos de financiación más progresivos.
Como resultado de estas políticas, la tasa de pobreza se redujo del 30% en 2006 al 10% actual, según señala el BID. Durante la pandemia, Uruguay logró un balance entre la atención a las necesidades sociales y la sostenibilidad de las cuentas públicas, un logro que refuerza su imagen como economía responsable dentro de la región.
No obstante, el BID advierte sobre desafíos que podrían afectar el desempeño futuro del país. El crecimiento económico ha perdido impulso, pasando de un promedio anual del 5% entre 2003 y 2014 a menos del 1% en el periodo de 2015 a 2023. Además, la deuda pública sigue siendo elevada en comparación con los niveles previos a la pandemia y el balance primario ha mostrado signos de deterioro en la última década.
Otro punto de preocupación es la vulnerabilidad climática. El informe recuerda que fenómenos como la histórica sequía de 2023 ponen de manifiesto la necesidad de una gestión más robusta de los riesgos medioambientales, especialmente en un país donde el sector primario tiene un peso significativo en la economía.
De cara al futuro, el BID recomienda que Uruguay refuerce su apuesta por la educación, enfocándose en garantizar la igualdad de oportunidades, especialmente para las familias más vulnerables. También sugiere mejorar la eficiencia del gasto público y fomentar la innovación de la mano del sector privado. En el ámbito ambiental, el organismo insta a fortalecer las políticas de adaptación al cambio climático, en particular para mitigar el impacto de las sequías, garantizando así la resiliencia de sectores estratégicos.

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