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El inicio de 2025 ha traído consigo una noticia alentadora en materia de siniestralidad laboral para los trabajadores autónomos en España: entre enero y febrero se han registrado solo cuatro fallecimientos por accidente laboral, lo que supone una reducción del 50 % respecto al mismo periodo de 2024. Esta mejora, sin embargo, no exime de preocupación a las asociaciones del sector, que advierten de que aún queda mucho camino por recorrer para garantizar entornos de trabajo plenamente seguros y saludables.
Según la última Estadística de Accidentes de Trabajo publicada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, hasta febrero se han contabilizado 91.950 accidentes con baja en todo el país. De ellos, 4.243 han afectado a trabajadores autónomos, frente a los 87.707 registrados por asalariados. Esta cifra global representa un descenso del 5,3 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. En cuanto a los autónomos, la mayoría de los siniestros ocurrieron en jornada laboral (3.953), mientras que 290 fueron in itinere. Desglosando por gravedad, 3.869 accidentes fueron leves, 80 graves y 4 mortales, lo que representa una mejora significativa respecto a los 8 fallecimientos registrados entre enero y febrero de 2024.
El sector de la construcción vuelve a situarse como el más afectado, con 1.218 accidentes, seguido del comercio y la reparación de vehículos (559), y la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (532). También han registrado cifras destacables los sectores de transporte y hostelería (371), industria manufacturera (365), y actividades administrativas y servicios auxiliares (174). Por comunidades autónomas, Andalucía acumula el mayor número de accidentes en términos absolutos (779), seguida por la Comunidad Valenciana (519), Cataluña (467) y Madrid (414). En cuanto a los fallecimientos, destacan la Comunidad Valenciana (2 muertes), Cataluña y Castilla y León (1 fallecido cada una).
Ahora bien, si se analiza el índice de incidencia, que ajusta el número de accidentes al volumen de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), el panorama cambia. Cantabria (123,4), Navarra (116,4) y Castilla-La Mancha (107,4) presentan los mayores índices. En cuanto a accidentes mortales, el peor dato lo tiene Castilla y León, con un índice de 0,292, seguida de Comunidad Valenciana (0,268) y Cataluña (0,089).
Frente a estos datos, el secretario general de ATA y responsable del área de prevención de riesgos laborales, José Luis Perea, ha señalado que “la seguridad laboral no debe ser una opción, sino un compromiso firme e inquebrantable para todos los eslabones del tejido productivo”. Aunque reconoce los avances registrados en los últimos años, advierte que aún existen retos estructurales para garantizar la protección integral del trabajador autónomo. Perea ha hecho hincapié en que prevenir accidentes no solo implica evitar daños físicos, sino también atender la salud mental. “El estrés, la incertidumbre, la soledad profesional o la sobrecarga de trabajo son riesgos invisibles que afectan a la sostenibilidad del negocio y al bienestar del autónomo”, apuntó.
Por ello, desde su organización insisten en la necesidad de herramientas más flexibles y de asesoramiento personalizado en materia de seguridad y salud, además de campañas de concienciación que lleguen a todo el territorio. “No podemos permitir que ningún autónomo pierda la vida desarrollando su actividad”, concluyó con firmeza.
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