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Así lo considera la Confederación de Empresarios de Galicia para las empresas, y con mayor protagonismo de regiones y sectores estratégicos.
ECONOMÍA & POLÍTICA12/12/2025
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La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ha lanzado un mensaje claro en la jornada dedicada al Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028–2034: la Unión Europea necesita un presupuesto que impulse la inversión y refuerce la competitividad del tejido productivo sin cargar más impuestos sobre las empresas. La sesión, celebrada en Santiago de Compostela y organizada junto con la Oficina de Representación de la Comisión Europea en España, reunió a representantes institucionales, expertos en fondos europeos y líderes empresariales para analizar el alcance del futuro marco presupuestario y su impacto en regiones como Galicia.
Desde la organización empresarial se reconoce que siguen con atención las negociaciones abiertas en Bruselas. En palabras de la propia CEG, “la propuesta inicial de la Comisión generó inquietudes comprensibles: la creación de los Planes de Colaboración Nacionales y Regionales, el riesgo de recentralización, el modelo basado exclusivamente en resultados, o la reducción relativa de fondos para Cohesión, PAC y FEMPA en un contexto de nuevas exigencias para el sector productivo” . La patronal recuerda que Galicia ha comprobado durante décadas el efecto transformador de los fondos europeos, por lo que reclama un sistema de gobernanza equilibrado, con regiones y empresas participando activamente en el diseño y ejecución de los programas.
Las últimas semanas han traído cambios significativos. Según expuso la CEG, los principales grupos del Parlamento Europeo han pedido una revisión profunda de la propuesta inicial, y la presidenta Ursula von der Leyen ha abierto la puerta a reforzar el papel de las regiones, incorporando ideas que pueden marcar un giro relevante en la negociación.
La CEG destaca que la Comisión Europea ha introducido elementos que pueden mejorar la participación regional y garantizar continuidad en sectores estratégicos. Entre ellos, el regional check, la preservación de la identidad de la PAC, salvaguardias para regiones desarrolladas o en transición, y un objetivo específico para zonas rurales. Sin embargo, los empresarios gallegos advierten que el debate de fondo es otro: el tamaño del presupuesto europeo y la capacidad real para atender prioridades como la transición energética, la competitividad industrial o la innovación.
El presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites, lo resume así: “La propuesta del MFP, descontadas las obligaciones de reembolso del ‘Next Generation EU’, se sitúa en torno al 1,15% de la Renta Nacional Bruta europea, muy lejos de las necesidades identificadas. Europa necesita un presupuesto capaz de multiplicar inversión, no solo de repartirla. Necesita más instrumentos financieros, más colaboración público-privada y más capacidad para atraer capital hacia proyectos estratégicos. Y necesita hacerlo sin aumentar la presión fiscal sobre las empresas” .
Esta posición tiene un efecto directo sobre Galicia, región con sectores altamente dependientes de los fondos europeos, como la industria, la pesca, la agroalimentación, la energía y las infraestructuras. Vieites insistió en que el debate europeo incide de lleno en pymes, autónomos y sectores industriales que requieren estabilidad financiera para planificar inversiones y modernización.
El presidente de la Comisión de Competitividad y Fondos de la UE de la CEG, Jorge Cebreiros, alertó sobre la intención de trasladar al nuevo MFP un sistema basado exclusivamente en resultados, siguiendo el modelo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR). Recordó que dicho mecanismo sigue en evaluación y que fue creado para una situación excepcional, con plazos rígidos que dificultan su idoneidad para la gestión ordinaria. En sus palabras, “resulta difícil justificar que un mecanismo temporal concebido para una emergencia pueda convertirse en el patrón para el futuro presupuesto” .
Otro punto crítico es la propuesta del nuevo Recurso Corporativo para Europa (CORE), que supondría una contribución fiscal adicional para las empresas. Cebreiros advierte: “Europa no puede reforzar su competitividad aumentando la presión fiscal sobre empresas que ya operan con costes elevados y con un entorno regulatorio exigente. Más impuestos no harán a Europa más competitiva” .

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