Societé Genérale lucha por la confianza de los inversores

Bajo la dirección de Slawomir Krupa, y tras años de crisis y escándalos, implementan una estrategia centrada en fortalecer el capital y reestructurar el banco

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Slawomir Krupa - Consejero Delegado
Slawomir Krupa - Consejero DelegadoCrédito: Expansión

Société Générale, uno de los bancos más importantes de Francia, ha estado luchando en los últimos años para recuperar la confianza de sus inversores. Bajo la dirección de Slawomir Krupa, su actual consejero delegado, la entidad ha implementado diversas estrategias para estabilizar su situación financiera y mejorar su posición en el mercado. Sin embargo, estas medidas han generado resultados mixtos, manteniendo a los inversores en un estado de incertidumbre.

Desde que Krupa asumió el liderazgo de Société Générale en septiembre de 2023, se ha centrado en fortalecer el capital del banco, una decisión que, aunque lógica, no ha logrado disipar las dudas de los accionistas. La caída del 12% en el valor de las acciones inmediatamente después de la presentación de su hoja de ruta estratégica fue solo el comienzo de una tendencia a la baja que ha continuado, con una pérdida acumulada del 19% desde entonces. Este descenso ha puesto en evidencia la difícil situación que atraviesa el banco, exacerbada por un legado de escándalos y decisiones empresariales cuestionables.

Krupa frente al desafío de reconstruir el banco

La decisión de Krupa de priorizar el fortalecimiento del capital, aunque necesaria, ha tenido el efecto de aumentar aún más la distancia entre Société Générale y sus principales competidores, como BNP Paribas y Crédit Agricole. El banco, que alguna vez fue un rival directo de BNP Paribas, ahora vale solo una cuarta parte de este último, una señal preocupante de su debilitada posición en el sector bancario francés. La presión sobre Krupa es evidente, y las expectativas de los inversores continúan siendo altas, especialmente en un contexto donde los resultados aún no se corresponden con los esfuerzos realizados.

Entre las medidas adoptadas por Krupa se encuentran la venta de activos no esenciales, lo que ha permitido al banco recaudar más de 2.700 millones de euros en los últimos 12 meses. Estas desinversiones, que incluyen la venta de divisiones en Marruecos y Madagascar, así como una unidad de financiación de equipos, han sido clave para mejorar la perspectiva de capital del banco, con un objetivo de alcanzar el 13% para finales de año. Además, la entidad ha anunciado la eliminación de 900 empleos en Francia como parte de sus esfuerzos para reducir costes.

A pesar de estos avances, la necesidad de aumentar los ingresos sigue siendo una prioridad crítica para Krupa y su equipo. La estrategia de recorte de costes y de venta de activos solo puede llevar al banco hasta cierto punto; la verdadera prueba radica en la capacidad de la entidad para generar nuevos ingresos y reposicionarse en el mercado. Un analista de Morningstar, Johann Scholz, ha expresado que, si bien el enfoque en el capital es “probablemente la estrategia correcta”, también reconoce que existen preocupaciones sobre la necesidad de una reestructuración más profunda, lo que requeriría financiación adicional para lograr una reducción significativa en la relación coste-ingreso.


Innovaciones y desafíos en la reestructuración

Krupa ha intentado introducir cambios significativos en la cultura corporativa de Société Générale, especialmente en su división de banca de inversión. Parte de su estrategia incluye la modificación de las estructuras de remuneración, con bonificaciones ahora vinculadas a la creación de nuevos mandatos, en un esfuerzo por alinear mejor los intereses del personal con los objetivos a largo plazo del banco. Además, se han firmado acuerdos estratégicos, como una asociación en préstamos privados con Brookfield Asset Management y una alianza con Alliance Bernstein en el área de acciones, que buscan transformar el modelo de negocio del banco hacia un enfoque de "activos livianos".

No obstante, el legado de problemas pasados sigue siendo una carga. El escándalo de 2008, en el que el operador Jérôme Kerviel generó pérdidas de 4.900 millones de euros debido a operaciones irregulares, aún pesa sobre la reputación de la entidad. Este incidente, junto con la continua brecha entre Société Générale y sus competidores, refuerza la percepción de que el banco todavía tiene un largo camino por recorrer para recuperar completamente la confianza de los inversores.

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