Viñedos y placas solares: tecnología que revoluciona el vino

No solo mejora la sostenibilidad y la rentabilidad, sino que también contribuye a una mayor calidad gracias a la ralentización de la maduración de las uvas.

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Energias verdas
Energias verdas

La innovación tecnológica ha llegado al mundo de la viticultura de maneras inesperadas. La agrivoltaica, una técnica que combina la producción agrícola con la generación de energía solar, está transformando los viñedos en un espacio doblemente productivo. Este concepto, que ya ha sido implementado en diversos sectores agrícolas, ahora muestra sus ventajas en bodegas como la italiana La Svolta, donde la colocación de paneles solares sobre las vides ha demostrado ser una solución eficiente tanto para la calidad de la uva como para la sostenibilidad económica de los productores.

La técnica consiste en instalar placas solares sobre los viñedos, aprovechando la misma superficie de cultivo tanto para generar electricidad como para producir vino. Además del beneficio energético, los agricultores han descubierto que esta estrategia tiene un impacto directo en la calidad del producto. Las placas solares generan sombra sobre las viñas, lo que permite un retraso en la maduración de las uvas de hasta cuatro semanas, comparado con el resto de los cultivos de la región.

Este retraso en la vendimia no es solo una cuestión de tiempo, sino que implica un equilibrio más preciso en los azúcares de la uva, algo esencial para la calidad del vino. En particular, la bodega La Svolta ha notado que la sombra proporcionada por las placas ralentiza la acumulación de azúcares, lo que da lugar a una uva mejor equilibrada y, por ende, a un vino de mayor calidad. Este avance es especialmente importante en tiempos de cambio climático, donde el exceso de calor puede acelerar el proceso de maduración y desequilibrar los componentes de la uva.

Agrivoltaica: más allá del vino

Además de los beneficios en la producción vinícola, el uso de la agrivoltaica ofrece soluciones sostenibles para los agricultores. La producción de energía solar no solo contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también ofrece una fuente de ingresos adicional para las bodegas. La electricidad generada por estas instalaciones puede ser utilizada para autoconsumo o vendida a la red, lo que permite a los agricultores optimizar los recursos disponibles y hacer sus explotaciones más rentables.

Otro beneficio clave que ha encontrado la bodega italiana es la posibilidad de cultivar variedades de uva que antes no eran típicas de la región. El clima generado por la sombra de los paneles solares ha permitido probar nuevas cepas con éxito, diversificando la oferta de vino. A esto se suma una reducción en el consumo de agua, ya que las plantas están protegidas del viento y la evaporación excesiva, contribuyendo a un cultivo más sostenible.

El éxito de La Svolta ha inspirado a otros productores a considerar la implementación de esta tecnología en sus propios viñedos. El impacto positivo de la agrivoltaica en la calidad del vino y la rentabilidad económica sugiere que el futuro de la viticultura podría estar muy ligado a este tipo de innovaciones tecnológicas. Así, la combinación de sostenibilidad ambiental y mejora de la producción agrícola se convierte en una opción atractiva para los viñedos del futuro.

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