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La Directiva introduce el concepto de "cadena de actividades", que requiere que las empresas aseguren la sostenibilidad no solo en sus operaciones internas
ECONOMÍA & POLÍTICA12/08/2024La Directiva europea sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, que entrará en vigor el próximo 26 de agosto, establece un nuevo marco legal que obliga a las grandes empresas a asumir responsabilidades adicionales en términos de sostenibilidad. Aunque estas obligaciones recaen principalmente sobre las grandes corporaciones, con más de 500 empleados y un volumen de negocios neto mundial superior a 150 millones de euros, el impacto de la Directiva se extenderá indirectamente a las pequeñas y medianas empresas (pymes) que formen parte de sus cadenas de suministro.
La Directiva introduce el concepto de "cadena de actividades", que requiere que las empresas afectadas aseguren la sostenibilidad no solo en sus operaciones internas, sino en todos los eslabones de su cadena de valor. Esto incluye la distribución, el transporte, el almacenamiento y otras actividades relacionadas con la producción y comercialización de bienes y servicios. Las grandes empresas deberán implementar políticas y procesos que garanticen que tanto sus proveedores directos como indirectos respeten los derechos humanos y minimicen el impacto ambiental.
Para las pymes, esto implica que, aunque no estén directamente obligadas por la Directiva, deberán cumplir con los nuevos estándares de sostenibilidad para mantener su relación comercial con las grandes corporaciones. Las pymes tendrán que adaptar sus operaciones para alinearse con estas exigencias, lo que podría incluir la adopción de nuevas tecnologías, la realización de auditorías internas más rigurosas, y la elaboración de informes de sostenibilidad.
La adaptación a estos nuevos requisitos presenta varios desafíos para las pymes, especialmente en términos de costos y recursos. Implementar políticas de sostenibilidad, realizar auditorías adicionales y elaborar reportes puede ser costoso, especialmente para empresas que ya operan con márgenes ajustados. Además, muchas pymes carecen de los recursos humanos y técnicos necesarios para cumplir con estas nuevas exigencias de manera eficaz.
Uno de los principales retos para las pymes será la necesidad de supervisar no solo sus propias operaciones, sino también las prácticas de sus proveedores y subcontratistas. Esto requiere una inversión significativa en tiempo y recursos, y puede suponer una carga considerable para empresas que, por su tamaño, no están acostumbradas a gestionar procesos tan complejos.
Para mitigar estos desafíos, la Directiva reconoce las limitaciones de las pymes y permite que las transposiciones nacionales ofrezcan una aplicación más flexible de los requisitos. Además, la Unión Europea y los gobiernos nacionales podrían implementar programas de apoyo financiero y técnico para ayudar a las pymes a cumplir con las nuevas normativas. Estas ayudas serán cruciales para facilitar la transición hacia prácticas más sostenibles y para aliviar algunos de los costos iniciales asociados con la implementación de estas nuevas políticas.
Los programas de apoyo podrían incluir subvenciones, créditos a bajo interés, asesoramiento técnico y formación especializada, todo ello orientado a capacitar a las pymes para cumplir con los nuevos estándares de sostenibilidad. La asistencia financiera y técnica no solo ayudaría a las pymes a adaptarse a los requisitos legales, sino que también podría mejorar su competitividad a largo plazo, al permitirles adoptar tecnologías más avanzadas y eficientes.
Aunque la implementación de estas nuevas exigencias puede representar un desafío significativo, también abre la puerta a nuevas oportunidades de negocio para las pymes. Al adoptar prácticas sostenibles, estas empresas pueden volverse más atractivas para las grandes corporaciones que buscan cumplir con la Directiva, lo que podría traducirse en un aumento de contratos y colaboraciones.
Además, la adopción de políticas de sostenibilidad puede mejorar la reputación de las pymes en el mercado. Las empresas que demuestran un compromiso con la sostenibilidad son cada vez más valoradas por los consumidores y socios comerciales, lo que puede aumentar su atractivo y competitividad. La sostenibilidad se está convirtiendo en un factor decisivo para los clientes a la hora de elegir proveedores, y las pymes que se adapten a estas nuevas demandas podrían beneficiarse de una mayor lealtad de los clientes y de nuevas oportunidades de crecimiento.
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