Desaparición de pequeñas panaderías: 600 cierran anualmente

El presidente de Asemac, Felipe Román, explicó que este fenómeno responde a un cambio profundo en los hábitos de consumo, especialmente post pandemia.

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Panadero
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Desde la pandemia, el sector panadero en España enfrenta una crisis sin precedentes. Cada año, cerca de 600 pequeñas panaderías cierran sus puertas, según la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac). Esta alarmante cifra se traduce en unas 2.400 panaderías menos desde 2020, lo que pone en evidencia la difícil situación que vive uno de los sectores más tradicionales del país.

Felipe Román, presidente de Asemac, explicó que este fenómeno no solo responde al impacto económico de la pandemia, sino también a un cambio profundo en los hábitos de consumo. Según el Informe de Consumo de 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de pan en España ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, pasando de más de 50 kilos por persona al año a los actuales 27,33 kilos. Este cambio afecta especialmente a las panaderías tradicionales, que no han podido adaptarse con la misma rapidez que las grandes cadenas o los puntos de venta en supermercados.

Innovación frente a la crisis

A pesar del difícil contexto, Román destacó que la innovación está desempeñando un papel crucial en la supervivencia de algunos negocios. El pan ultracongelado, que se hornea en el punto de venta, ha sufrido una caída de consumo menor, de apenas un 1%, frente al 2% que registra el sector en su conjunto. Esto se debe a que las grandes cadenas han sabido adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, ofreciendo productos más variados y formatos más atractivos.

El presidente de Asemac subrayó que "el pan blanco tradicional, como la baguette o la chapata, está de capa caída" y que el futuro del sector pasa por buscar "nuevos formatos y modelos". La diversificación, como panes integrales, sin gluten o con semillas, y la apuesta por la sostenibilidad son algunas de las estrategias que están ayudando a ciertas empresas a mantenerse relevantes.

Además de los cambios en los hábitos de consumo, otros factores están complicando aún más la situación de las pequeñas panaderías. Román señaló que la "excesiva burocracia" en asuntos como el etiquetado y los envases está afectando de manera significativa a los productores. "El consumidor no siempre es consciente, pero lo que antes nos costaba diez ahora nos cuesta 25", afirmó, refiriéndose a los crecientes costes operativos que están reduciendo los márgenes en un producto que, históricamente, ha sido de bajo precio.

Transformación necesaria para la supervivencia

A pesar de estos desafíos, el presidente de Asemac se mostró optimista respecto al impacto del turismo en 2025. "Si los turistas siguen acudiendo, significará más consumo en hoteles y restaurantes", afirmó. El turismo ha sido un motor clave para la recuperación de muchos sectores en España y, según Román, podría ser una tabla de salvación para el sector panadero, especialmente en las regiones más dependientes de esta actividad.

La desaparición de panaderías tradicionales refleja no solo los desafíos económicos del sector, sino también una transformación inevitable en la forma en que los consumidores perciben y compran productos de panadería. Las grandes cadenas, con su capacidad para adaptarse rápidamente a las tendencias de mercado, están ganando terreno frente a los pequeños negocios, que luchan por sobrevivir.

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