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A pesar de la senda bajista, CEOE prevé podría haber riesgos para la competitividad al comparar el diferencial respecto a la zona euro.
ECONOMÍA & POLÍTICALos precios de los productos energéticos cerraron 2023 mostrando caídas en términos interanuales, aunque son cada vez más moderadas por el efecto base, mientras que los precios de los bienes industriales registraron tasas más contenidas, ya que se observaron menores presiones inflacionistas en los mercados internacionales. Sin embargo, en el caso de los servicios y los alimentos sin elaboración, debido a la fortaleza de su demanda y la presión de los costes, se observó una mayor resistencia a la desaceleración de sus precios.
Las previsiones apuntan a que la inflación continuará moderándose durante el próximo año, aunque puede haber algún repunte puntual. Así la tasa media de inflación se situó en torno al 3,1%, cerrando el año unas décimas por encima del 3%. En 2024 las previsiones apuntan a una inflación más contenida, debido fundamentalmente a la desaceleración de la subyacente del 3,8%. En todo caso, en 2024 la evolución de la inflación también se verá condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias. En términos de comparación con Europa, el IPCA en octubre había alcanzado una tasa del 3,3%, mientras que en la Unión Monetaria esta tasa se situó en el 2,4%, por lo que el diferencial aumenta a nueve décimas, lo que de prolongarse en el tiempo puede suponer un lastre para la competitividad de la economía española.
Dentro del componente subyacente, los precios de los servicios disminuyeron tres décimas hasta situar su tasa interanual en el 4,0%; los precios de los bienes industriales sin productos energéticos reducen en cinco décimas su tasa de variación hasta el 2,2%; y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco desaceleran su tasa interanual en 1,6 puntos porcentuales hasta el 8,6%.
Los precios de los alimentos sin elaboración aumentan su tasa interanual en 1,7 puntos porcentuales hasta situarse en el 9,0%. Esta evolución ha sido fruto de un comportamiento heterogéneo dentro de este grupo, ya que, aunque se observa una desaceleración en un número importante de rúbricas, algunas han mostrado una inflación por encima de la media, como la carne de ovino, las frutas frescas y las legumbres y hortalizas frescas.
Los precios de los productos energéticos apenas minoraron su ritmo de caída hasta el 10,0% en tasa interanual, frente al –10,4% del mes anterior, debido al descenso tanto de los precios de la electricidad y del gas, como de los carburantes y lubricantes.
En noviembre el precio del crudo seguía a la baja, hasta los 85,7 dólares/barril en promedio, un descenso interanual del -7,8% en dólares y del -12,9% en euros. Hoy ha perforado ese valor hasta los 79 dólares barril, por lo que de mantenerse implicará una disminución, en términos interanuales, del -5,2% en dólares y del -7,1% en euros. A pesar de los recortes de producción dentro de la OPEP+, el descenso del precio del crudo se está produciendo porque se está compensando esta menor oferta con una mayor producción por parte de países no OPEP, entre los que destacan Estados Unidos y Brasil.
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