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El pequeño comercio en España enfrenta una crisis aguda. La falta de apoyo legislativo y las prácticas desleales agravan esta problemática en la España vaciada.
ECONOMÍA & POLÍTICA03/12/2024
Editor
El cierre de 5.000 pequeños comercios en España durante 2024 refleja una realidad preocupante para las tiendas de proximidad. Estos establecimientos, históricamente esenciales en la vida de las ciudades y pueblos, enfrentan una lucha desigual contra grandes cadenas comerciales, plataformas de venta online y centros comerciales, según datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Este fenómeno se traduce en la desaparición de 14 comercios diarios, una cifra alarmante que impacta tanto en la economía local como en el tejido social.
La desigualdad radica en las herramientas con las que cuentan los competidores. Mientras las grandes cadenas y plataformas digitales apuestan por la tecnología, la digitalización y agresivas estrategias de marketing como los "días sin IVA" o los descuentos del Black Friday, los pequeños comercios se apoyan en su cercanía al cliente y un trato personalizado que no siempre logra traducirse en ventas suficientes.
El relato de Pilar de Paz, quien mantuvo una tienda de ropa en el madrileño Barrio de Salamanca durante seis años, es un ejemplo paradigmático. “Resistí lo que pude, pero después de la pandemia tuve que cerrar mi tienda. Los gastos me asfixiaban. [...] Competir con gigantes como El Corte Inglés es imposible. Muchos meses apenas tenía beneficios, me salía lo comido por lo servido”, explica Pilar, quien ahora trabaja como empleada en otra tienda.
A esta presión económica se suma la falta de apoyo institucional. Según Pilar, los pequeños comerciantes no cuentan con subvenciones ni bonificaciones significativas, mientras que las grandes empresas disfrutan de ayudas fiscales y beneficios que agravan la desigualdad.
Desde UPTA se enfatiza que los pequeños comercios no solo enfrentan una competencia económica, sino también prácticas desleales. Las plataformas online y las multinacionales aprovechan la falta de regulación fiscal en el ámbito europeo, permitiéndoles operar sin tributar de manera equitativa en el país. Esta situación ha llevado a la organización a reclamar una acción legislativa urgente que regule estas prácticas y garantice un nivel de competencia justo.
El cierre de pequeños comercios tiene consecuencias particularmente graves en las zonas rurales y en la España vaciada, donde estas tiendas son un eje fundamental para el desarrollo local y la cohesión social. Además de generar empleo, contribuyen a la vertebración de estas comunidades, proporcionando servicios esenciales en áreas donde las grandes cadenas no suelen establecerse.
Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), resalta la importancia de estas tiendas en el ámbito rural. “Hace unos años había unos 800.000 autónomos del comercio y ahora hay 700.000. Este declive podría revertirse con incentivos fiscales y una reducción de cotizaciones a la Seguridad Social”, argumenta Amor. La tendencia actual, sin embargo, apunta hacia un empobrecimiento progresivo de estas localidades.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, también subraya que sin cambios legislativos urgentes, “acabarán desapareciendo los comercios locales, lo que empobrecerá aún más el entorno social y económico de los pueblos pequeños”.

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