63% del empleo que genere Next Generation será masculino

Así lo advierte PIMEC en un estudio sobre la falta de estrategias para integrar a las mujeres en sectores clave como la energía verde, o las nuevas tecnologías

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Sede PimecMaria Teixidor, alertó sobre la discordancia entre las expectativas teóricas y los resultados prácticos en materia de igualdad de género.

La organización empresarial PIMEC ha alertado que el 63% de los empleos proyectados a partir de la ejecución de las ayudas del programa Next Generation EU (NGEU) y los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) estarán destinados a hombres, consolidando así desigualdades estructurales. Así lo concluye el estudio "El impacto de la distribución de los fondos Next Generation en clave de género", presentado hoy en Barcelona por la comisión Mujer y Empresa de PIMEC. El estudio revela que la creación de empleo femenino es menor en sectores de alta inversión y productividad, como la microelectrónica y semiconductores (25,8%) o el vehículo eléctrico (28,2%). Además, se constata una falta de estrategias para integrar a las mujeres en áreas clave de crecimiento económico, como la energía verde y limpia, la construcción y las nuevas tecnologías. 

Por otro lado, sectores feminizados como la sanidad, el cuidado y la educación están subestimados en términos de inversión y reconocimiento económico, lo que perpetúa estereotipos de género. La excepción la representa la economía social y de los cuidados, que posiciona la igualdad de género como eje central, aunque su predominio femenino del 61,8% podría reforzar roles tradicionales si no se promueve la diversificación laboral.

Datos preocupantes sobre la brecha de género

El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, destacó tres datos relevantes del estudio: la tasa de ocupación de las mujeres es 10 puntos inferior a la de los hombres (58,8% frente a 68,7%); solo el 35% de las mujeres llega a puestos de dirección; y las mujeres aportan el 52% del PIB, a pesar de realizar más horas de trabajo no remunerado (64% del tiempo total diario), que no se refleja en el PIB. Cañete subrayó la importancia de que el empleo generado con fondos públicos, como los del NGEU y los PERTE, no cronifique desigualdades, sino que ayude a reducir la brecha de género. “Solo trabajando conjuntamente, instituciones, agentes económicos y sociales, el sector privado y la sociedad en general, podremos avanzar”, aseguró.

La presidenta de la comisión Mujer y Empresa de PIMEC, Maria Teixidor, alertó sobre la discordancia entre las expectativas teóricas y los resultados prácticos en materia de igualdad de género. “Una recuperación equitativa requiere reconocer estas disparidades e incluir de forma proactiva medidas que garanticen la participación de las mujeres en el panorama económico pospandémico”, afirmó.

El estudio también destaca que las mujeres han sido más afectadas por el impacto económico de la pandemia, lo que las coloca en desventaja en la actual trayectoria de recuperación. Por ello, se resalta la necesidad de elaborar políticas inclusivas que aborden el impacto de género de las crisis económicas, garantizando que los esfuerzos de recuperación no perpetúen o empeoren las desigualdades existentes. Durante la presentación, se mostró una herramienta que permite calcular el impacto de los fondos subvencionados con perspectiva de género. Esta herramienta cuenta con indicadores evaluados y priorizados por expertos en economía y empresa, y aporta datos sobre ámbitos críticos que deben tenerse en cuenta en la distribución de fondos públicos.

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