Marruecos, el nuevo gigante industrial que amenaza a España

Marruecos está emergiendo como un competidor formidable en sectores clave como la automoción, la logística y las energías renovables, lo que representa un desafío directo para la industria española. Con una producción de un millón de coches este año y el objetivo de alcanzar los dos millones en 2030, el país norteafricano está pisando fuerte en el sector automotriz, acercándose rápidamente a los 2,3 millones de vehículos que fabrica España. Además, su apuesta por el hidrógeno verde y su creciente infraestructura logística están atrayendo inversiones millonarias, incluidas las de empresas españolas como Acciona y Moeve.

Marruecos se ha convertido en el principal exportador de automóviles a la Unión Europea, superando a potencias como China y Japón. Fuentes del Ministerio de Industria y Turismo, que siguen de cerca la evolución, aseguran que este éxito se debe a varias ventajas competitivas, entre las que se consignan que los salarios en Marruecos oscilan entre 500 y 1.000 euros mensuales, muy por debajo de los costes laborales en España, pero también que el gobierno marroquí ofrece generosas subvenciones a empresas como Renault y Stellantis, que ya operan en el país y una menor exigencia medioambiental. A diferencia de la UE, Marruecos no impone estrictas normativas de emisiones, lo que reduce costes para los fabricantes, aseguran en estricto Off.

Renault produce en Marruecos modelos como el Dacia Sandero y Logan, mientras que Stellantis fabrica vehículos europeos como el Peugeot 208 y algunos modelos de Citroën y Opel. Además, la planta de Stellantis en Kenitra, cerca de Rabat, se encargará de la producción del Citroën C4, un modelo que hasta ahora se ensamblaba exclusivamente en la fábrica de Villaverde (Madrid), lo que representa un golpe directo a la industria automotriz española.

Apuesta por el Hidrógeno e impacto en las Pymes

La competencia marroquí en el sector automotriz y logístico plantea desafíos, pero también abre oportunidades para las pymes españolas. Mientras Marruecos se centra en la producción masiva, las pymes españolas pueden diferenciarse ofreciendo componentes de alta gama o tecnologías innovadoras para vehículos eléctricos y autónomos. De todas maneras, con la nueva políticas de Aranceles de EE.UU, desde ANFAC han considerado que se pueden establecer alianzas estratégicas con empresas marroquíes para participar en su cadena de suministro, aprovechando su proximidad geográfica y los bajos costes de transporte, o incluso optando por el Nearshoring. A diferencia de Marruecos, España tiene una normativa medioambiental más estricta, lo que puede ser una ventaja competitiva. Las pymes que apuesten por procesos de producción sostenibles y bajos en emisiones pueden atraer a clientes europeos preocupados por el impacto ambiental, especialmente en mercados como el alemán.

Marruecos no solo compite en automoción; también quiere ser un actor clave en la transición energética. Con el 45% de su capacidad instalada proveniente de energías renovables, el país aspira a alcanzar el 52% en 2030 y convertirse en un gran proveedor de hidrógeno verde para Europa. El gobierno marroquí ha seleccionado a cinco consorcios, incluidas las españolas Acciona y Moeve, para desarrollar su megaplan de hidrógeno, con inversiones de 30.000 millones de euros. Este proyecto incluye instalaciones eólicas, fotovoltaicas y desaladoras, como la de Casablanca, construida por Acciona por 800 millones de euros.