15 opciones de financiación para cada etapa de tu pyme

Más del 54,2% de las pequeñas y medianas empresas admitió haber tenido necesidades de financiación, dato que asciende hasta el 73,4% si se incluye las microempresas

EMPRESAS08/05/2025EditorEditor
Financiación
FinanciaciónLa clave es equilibrar el acceso a financiación con una estructura de deuda sostenible

Uno de los retos estructurales que enfrentan las pymes en España es el acceso a recursos económicos suficientes para impulsar su actividad. Según el último Informe de Financiación de la Pyme en España de SGR-CESGAR, más del 54,2% de las pequeñas y medianas empresas admitió haber tenido necesidades de financiación durante el año pasado. Este dato asciende hasta el 73,4% si se incluye las microempresas, lo que confirma una realidad persistente: emprender o escalar un negocio exige más que buenas ideas.

En este contexto, conocer bien las alternativas de financiación para pymes no es solo recomendable, sino imprescindible. Tal como indica Teresa Fernández, directora de Banca de Empresas en Ibercaja, “en Ibercaja primamos el conocimiento y la confianza mutua entre la empresa y su figura gestora. Es la mejor forma de entender cuál es la necesidad de la empresa en cada momento”:

 
Fase de lanzamiento: validar ideas y activar el negocio

Para emprendedores que están empezando y necesitan recursos iniciales, estas fórmulas ayudan a poner en marcha el proyecto sin asumir grandes riesgos financieros:

  • Bootstrapping: autofinanciación con ahorros o ingresos iniciales. Ideal para validar el modelo sin perder control ni recurrir a deuda.
  • Apoyo de amigos y familia: recurso frecuente en la etapa temprana. Es clave formalizar los acuerdos para evitar conflictos.
  • Crowdfunding: financiación colectiva a través de plataformas. Útil si el producto tiene atractivo social o mediático.
  • Microcréditos: préstamos de pequeña cuantía, accesibles para autónomos con pocas garantías.
  • Subvenciones públicas: ayudas que no requieren devolución, aunque de acceso competitivo.
  • Incubadoras: acompañamiento estratégico y, en algunos casos, capital inicial a cambio de participación o visibilidad.

Estas opciones permiten validar ideas, desarrollar prototipos y afrontar los primeros gastos operativos con mayor flexibilidad.

 
Fase de consolidación: asegurar liquidez y crecer de forma estable

En este punto, la empresa necesita liquidez regular, inversión para procesos internos o financiación para estructurar su modelo operativo:

  • Préstamo bancario: fórmula clásica, adecuada para inversiones tangibles y planificables.
    Líneas de crédito: solución flexible para gestionar circulante y pagos variables.
  • Crédito comercial: financiación otorgada por proveedores que permite diferir pagos.
  • Confirming: mejora de la relación con proveedores al garantizar cobros anticipados sin afectar tesorería.
  • Avales de SGR: permiten acceder a mejores condiciones bancarias cuando no se tienen suficientes garantías propias.

En esta etapa, la clave es equilibrar el acceso a financiación con una estructura de deuda sostenible, que permita estabilidad operativa.

 
Fase de expansión: escalar, innovar e internacionalizar

Cuando la empresa ya ha validado su propuesta y busca crecer rápidamente, internacionalizarse o innovar, se requieren instrumentos más potentes y estratégicos:

  • Business angels: inversores privados que aportan capital y asesoramiento a cambio de participación.
  • Préstamos participativos: combinan deuda e incentivos variables según el rendimiento empresarial.
  • Corporate partners: socios industriales consolidados que apuestan por startups para incorporar tecnología, talento o mercados.
  • Fondos de capital riesgo: inversión profesional para empresas con alto potencial de crecimiento y necesidad de escalar operaciones.

Estas opciones están orientadas a proyectos ambiciosos, con recorrido probado y visión de expansión, donde los socios financieros también aportan valor estratégico.

Te puede interesar
Lo más visto
Tu título aquí