Faltan empresas medianas y grandes para crecer en competitividad

Según un informe de CEPYME los principales retos que enfrentan las PYMES españolas respecto a las europeas se deben a ello. Tienen 5 trabajadores menos de media

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Gerardo Cuerva Presidente CEPYME

El tejido empresarial español se caracteriza por un predominio de pequeñas empresas, una situación que limita la competitividad y la productividad del país frente a otras economías europeas. Así lo revela el informe "Crecimiento Empresarial 2024" elaborado por CEPYME, donde destaca que el tamaño medio de las empresas en España es de 4,8 empleados, significativamente menor que el promedio europeo de 5,9 empleados. Este déficit estructural afecta directamente a la rentabilidad, la capacidad de inversión y la innovación de las compañías nacionales.

El informe subraya que las empresas más pequeñas son menos productivas y, por tanto, menos rentables, lo que afecta su capacidad para crecer. Además, enfrentan mayores obstáculos para acceder al crédito, ya que se financian a tasas de interés más altas y con condiciones más estrictas que las empresas de mayor tamaño. Esta situación también impacta en su capacidad para exportar y retener talento, factores clave para la sostenibilidad empresarial.

Para igualar la estructura empresarial de países como Alemania o el Reino Unido, España necesitaría aumentar en más de un 30% el número de empresas medianas y grandes. Este cambio podría tener un impacto transformador en la economía:

  • Incremento del PIB en un 5,6%.
  • Creación de un millón de empleos.
  • Reducción del desempleo en 4 puntos porcentuales.
  • Recorte del déficit fiscal en un 1,5% del PIB sin necesidad de subir impuestos.

Barreras regulatorias y altos costes

El análisis de CEPYME detalla cómo las regulaciones excesivas y los altos costes laborales dificultan el crecimiento de las empresas en España. Aspectos como el “síndrome del empleado 50” —un punto en el que las empresas enfrentan cargas administrativas adicionales al superar los 50 trabajadores— desincentivan la expansión empresarial.

Asimismo, España destaca por tener uno de los sistemas fiscales menos competitivos de Europa, con un tipo general del 25% en el impuesto sobre sociedades, que limita la capacidad de reinversión de las empresas. Solo seis países europeos tienen tasas significativamente más bajas, como Irlanda (12,5%) o Hungría (9%).

La elevada burocracia también es un freno importante. En 2024, se superó el millón de páginas de nueva normativa publicada, dificultando la adaptación de las PYMEs a un entorno regulatorio cambiante y costoso.

Pero no son todo observaciones. El informe ofrece varias recomendaciones para mejorar el entorno empresarial y fomentar el crecimiento de las PYMEs:

  • Reducir la burocracia: Simplificar los trámites administrativos y adaptar las normativas a las necesidades reales de las PYMEs.
  • Favorecer la financiación: Promover alternativas de financiación más allá de los bancos tradicionales y reducir las exigencias para el acceso al crédito.
  • Revisar la fiscalidad: Reducir la carga tributaria para las empresas que reinviertan beneficios y eliminar barreras fiscales que desincentivan el crecimiento.
  • Impulsar la innovación: Fomentar la inversión en I+D mediante incentivos fiscales específicos y programas de apoyo.
  • Mejorar la formación y retención del talento: Diseñar políticas que permitan a las PYMEs ofrecer salarios más competitivos y condiciones laborales atractivas.

Desde la asociación empresaria subrayan que el crecimiento de las PYMEs no solo beneficiaría a las empresas, sino también al conjunto de la sociedad. Empresas más grandes y productivas generan empleo de mayor calidad, aumentan las oportunidades de carrera profesional, favorecen la innovación y contribuyen a un desarrollo económico sostenible.

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