La UE flexibiliza normas para impulsar el coche eléctrico

La Comisión Europea anuncia un plan de choque para competir con China y EE.UU, con flexibilización de normas de emisiones y ayudas a la compra de eléctricos

INTERNACIONALEditorEditor
Von Der Lyen
Von Der LyenPresidenta de la Comisión Europea

La Comisión Europea ha presentado la semana pasada un Plan de Acción Industrial para el Automóvil Europeo, en Bruselas, y con el objetivo de revitalizar una de las industrias clave de la Unión Europea en un momento crítico. El sector, que representa el 7% del PIB comunitario y emplea a 13,8 millones de personas, enfrenta desafíos sin precedentes, desde la competencia de EEUU y China hasta la transición hacia el vehículo eléctrico.

Uno de los puntos centrales del plan es la flexibilización de la normativa CAFE, que establece límites de emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) para los vehículos. Inicialmente, las empresas debían cumplir con un máximo de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro para 2025. Sin embargo, la Comisión ha decidido dar a las compañías tres años más de margen, extendiendo el plazo hasta 2027.

Esta medida busca aliviar la presión que está cayendo sobre los fabricantes, los cuales han argumentado que cumplir con los objetivos originales era imposible debido a la lenta adopción de vehículos eléctricos por parte de los consumidores. Según Apostolos Tzitzikostas, comisario europeo de Transporte, "si una empresa no cumple en 2025, tendrá dos años más para adaptarse".

Impulso al vehículo eléctrico europeo

El plan también incluye varias medidas para estimular la demanda de vehículos eléctricos, como ayudas a la compra y la mejora de la infraestructura de los puntos de recarga. Actualmente, la falta de estaciones de carga y los altos precios de los coches eléctricos han frenado su adopción en Europa. Además, la Comisión Europea destinará 1.800 millones de euros para desarrollar una cadena de suministro competitiva de baterías en Europa, reduciendo la dependencia de China, que controla gran parte de la producción global de estos componentes.

La industria automotriz europea enfrenta una creciente competencia de EEUU y China, especialmente en tecnologías clave como la fabricación de baterías y el desarrollo de software. Además, el proteccionismo estadounidense, que amenaza con imponer aranceles del 25% a los vehículos europeos, representa un desafío adicional. En este contexto, el plan de la UE busca fortalecer la competitividad del sector, promoviendo la innovación y la digitalización, y asegurando que para 2030, más del 50% del valor añadido de los vehículos provenga de Europa.

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) han aplaudido la flexibilización de la normativa CAFE, señalando que la misma permite a la industria europea seguir siendo competitiva mientras se transforma hacia el vehículo eléctrico. "Seguimos comprometidos con el objetivo de 2035, pero hoy no se están vendiendo los eléctricos necesarios para cumplir con la reducción de emisiones", explicaron fuentes de la patronal, visiblemente aliviados.

España es el segundo país fabricante de automóviles dentro de Europa, y el 95% de los coches que salen de las fábricas ibéricas llevan un motor de combustión interna. En este sentido, desde la asociación afirman estar en un proceso de “transformación de nuestras fábricas para recibir modelos eléctricos asequibles que llegan este año 2025, y el próximo, y que se sumarán a los que ya fabricamos”.

Te puede interesar
Lo más visto
Tu título aquí